MANTENIMIENTO CORRECTIVO

El mantenimiento correctivo es aquel que realiza modificaciones en la instalación o en el equipamiento para devolverlo a su estado original. Este es el que se realiza para arreglar averías o defectos. Históricamente, cuando se hablaba de servicio de mantenimiento, se pensaba en un mantenimiento correctivo, ya que se iba a aplicar sobre un equipo que estaba estropeado. Ejemplos de mantenimientos correctivos pueden ser cuando se estropea el aire acondicionado, la caldera o se nos rompe una tubería.

Tipos de mantenimiento correctivo

Correctivo Planificado

Consiste en la detección temprana de las fallas en el rendimiento de un equipo: mediante una adecuada monitorización, se pueden detectar signos de posibles errores, y el SAT puede ser informado de forma preventiva y prepararse para atender la incidencia a corto o medio plazo.

Sea como fuere, si el rendimiento de un equipo se ve comprometido, aunque no haya dejado de funcionar completamente, la empresa se arriesga a una situación de caída de la productividad, con el agravante del tiempo. Una máquina que no funcione correctamente es como una bomba de relojería, y su inoperatividad total es solo cuestión de tiempo.

Mantenimiento correctivo no planificado

Este tipo de mantenimiento no permite planificación alguna por una sencilla razón: las averías o fallos se producen de forma inesperada. Estos pueden ser:

Este tipo de averías o fallos es más factible que se produzcan cuando no se tiene en marcha un mantenimiento preventivo planificado.

Todas estas acciones son de carácter urgente porque se producen antes de tiempo y pueden provocar daños en la productividad o, incluso, poner en riesgo al personal, las instalaciones y el medioambiente.

En definitiva, se producen consecuencias negativas que afectan a la economía de la empresa y al proceso productivo. Por ello, el mantenimiento preventivo cada día gana más importancia con el objetivo de llevar a cabo una serie de acciones que permitan anticiparse y evitar averías más costosas.

Además, gracias a la evolución de los procesos de gestión y sistemas de calidad implementados en las empresas, es posible controlar de forma más eficiente este tipo de incidentes, lo que provoca un impacto reducido en su funcionamiento.

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